Laura Sanz Fernández-Mellado es farmacéutica titular en Medina del Campo (Valladolid) y la más joven del municipio al frente de una botica. Forma parte de una saga familiar de farmacéuticos y, recientemente, ha dado un paso decisivo al unirse a Digifarma. Con casi tres hijos y una farmacia con fuerte tradición, nos habla de los retos de su generación, la búsqueda del equilibrio entre familia y gestión profesional, y sus aspiraciones de futuro.

¿Qué te impulsó a unirte a Digifarma hace tan solo unos meses?
Siempre me había llamado la atención el tema de los grupos de compra, aunque era un campo algo desconocido para mí. Me encanta hacer cosas nuevas e invertir en aquello que me ayude a mejorar día a día, tanto para mí como para mis clientes. Digifarma apareció en un momento complicado a nivel personal, y aunque me tocó postponerlo más de lo que hubiera querido, decidí dar el paso antes de arrepentirme. Tenía claro que era el momento de lanzarme.
¿Qué beneficios esperas obtener del grupo en esta nueva etapa profesional?
Todavía estoy adaptándome, porque mi perfil de farmacia hace muchas compras directas y estoy acostumbrada a trabajar con mucho stock, ya que me da tranquilidad. Pero mi objetivo es mejorar la rentabilidad controlando mejor el equilibrio entre ventas y existencias, y evitar en lo posible errores de gestión. Creo que con el apoyo del grupo lo conseguiré.
Vienes de una familia de farmacéuticos. ¿Qué te ha enseñado esa tradición sobre la profesión?
La herencia familiar pesa y para mí es muy valiosa. Han sido tiempos muy distintos entre generaciones, con cambios enormes. Quizás ahora sigo cambiando cosas, pero de forma más gradual. Lo importante es adaptarse, aunque cueste, porque siempre es para mejorar. Esa capacidad de adaptación es uno de los grandes aprendizajes de mi familia.
Combinas tu faceta empresarial con ser madre de “casi” tres hijos. ¿Cómo vives ese equilibrio entre farmacia y familia?
¡Es complicado! Sobre todo cuando hay hijos, porque la farmacia es un trabajo muy exigente. Me encanta mi profesión y también mi familia, y como me gusta tenerlo todo bajo control, a veces el tiempo no da. Pero tengo claro que hay que saber delegar en un buen equipo, tanto en el trabajo como en casa. Y yo tengo grandes equipos en ambos ámbitos. Hay días que uno de los dos te requiere más… la clave está en encontrar ese equilibrio y disfrutar de cada faceta.
Planes de futuro
¿Qué retos afrontan las nuevas generaciones de farmacéuticos en una ciudad como Medina del Campo?
Creo que soy la titular más joven en Medina, si no me equivoco. Cada vez es más difícil mantener y mejorar lo que uno tiene. Hay más competencia, más canales de venta… pero también más oportunidades para aprender. Para mí, el gran reto es mantener la cercanía, la confianza y la profesionalidad que ofrece una oficina de farmacia. Somos un punto clave en la vida diaria de muchas personas, y no debemos perder esa esencia.
¿Qué te gustaría que tus hijos aprendieran del oficio farmacéutico?
Ahora entiendo a mi madre cuando quería que siguiera sus pasos. Me emociona pensar que mis hijos puedan continuar esta profesión. Me encantaría que la valoraran, la aprendieran y la disfrutaran tanto como yo. Que fueran felices con la idea de seguir con una farmacia familiar que sigue evolucionando, generación tras generación.