José Manuel Santana, farmacéutico titular en Aldeamayor (Valladolid), miembro activo del grupo Digifarma y Vocal de Alimentación del Colegio de Farmacéuticos, nos cuenta cómo la unión al grupo ha mejorado su rentabilidad, optimizado su gestión farmacéutica y potenciado el valor de la atención personalizada, especialmente en entornos rurales. Además, reflexiona sobre el papel clave de la nutrición en la salud y los retos actuales del sector.

José Manuel, eres uno de los miembros más activos de Digifarma, siempre dispuesto a colaborar y, este año, ganador del Almirez de Oro. ¿Qué es lo que más te motiva a participar tan activamente en el grupo?
Me gusta participar siempre en todo lo que puedo, y sobre todo con las oportunidades que nos brindan desde Digifarma. Además, siempre es un placer colaborar porque la familia Digifarma te hace sentir valorado, y es muy satisfactorio cuando los esfuerzos se ven agradecidos. Por eso agradezco, una vez más, el reconocimiento que me otorgaron con el Almirez de Oro 2024.
¿Qué consejo le darías a otros farmacéuticos que están pensando en unirse a un grupo como Digifarma? ¿Cómo puede ayudarles a mejorar su negocio?
Mi consejo siempre es que se unan. Hacen que el día a día en la farmacia sea más fácil: desde facilitar la forma en la que haces las compras hasta la optimización del stock, que tanto nos trae de cabeza a los boticarios. Además, por supuesto, se nota en la rentabilidad, en la exclusividad que nos otorga la línea de productos de marca propia. Podría seguir enumerando ventajas, pero la más importante es el buen ambiente que reina dentro del grupo.
¿Qué fue lo que te motivó a convertirte en farmacéutico y abrir tu propia farmacia?
Siempre tuve interés en las Ciencias de la Salud. Elegí estudiar Farmacia porque aúna muchas materias diferentes. El motivo para ser titular fue la inquietud y el trabajar para mí mismo; era un paso natural.

Tener una farmacia en un pueblo como Aldeamayor tiene sus particularidades. ¿Cuáles dirías que son los mayores beneficios y también los retos de tener una farmacia en una localidad más pequeña?
Al ser una localidad del alfoz de Valladolid, es cómodo, pero tiene sus particularidades. Pese a ser la única farmacia en el pueblo, el público es exigente al tener cerca Valladolid y otras localidades grandes. Todo esto nos lleva a estar actualizados y a ser competitivos.
Sabemos que te encantan las redes sociales. ¿Qué beneficios has encontrado en conectar con tus pacientes a través de plataformas online?
Al final, tienes que estar en las redes. Aunque no soy muy activo y es mi asignatura pendiente, sé que son una buena herramienta para que los pacientes puedan encontrar desde un consejo sanitario hasta tutoriales de autocuidado o consejos de nutrición deportiva.
Y, por si fuera poco, también eres Vocal de Alimentación del Colegio de Farmacéuticos de Valladolid y de la Confederación de Farmacéuticos en Valladolid. ¿Cómo ves el futuro de la farmacia en relación con la salud y la alimentación?
La salud, cada vez más, pasa por el camino de la nutrición. Por eso, desde la oficina de farmacia debemos ofrecer siempre el mejor consejo, además de estar formados en interacciones alimento-medicamento, que ha sido uno de los trabajos recientes de la Vocalía Nacional de Alimentación, con la publicación de un libro que recopila las más comunes.
En cuanto a los retos del sector farmacéutico, ¿cuáles crees que son los mayores desafíos a los que se enfrenta la farmacia hoy en día, especialmente en zonas más rurales?
Todo gira en torno al paciente. Somos el sanitario más cercano y que más veces recibe la visita de los pacientes; incluso, en algunas poblaciones, el boticario es el único sanitario disponible. Por todo ello, debemos seguir velando por la mejoría del paciente, ofreciendo el mejor servicio y, por supuesto, ir de la mano con la Administración. Para ello, hay proyectos en conjunto con la Diputación de Valladolid, de cara a ofrecer servicios farmacéuticos en áreas rurales, para garantizar la atención farmacéutica rural: control de parámetros biométricos (presión arterial, glucemia basal o peso y altura para la prevención de la obesidad), atención farmacoterapéutica (revisión de los botiquines, elaboración de sistemas personalizados de dosificación, seguimiento de la adherencia a los tratamientos, notificación de efectos adversos, etc.) e incluso ayuda tecnológica sanitaria, en los casos en los que el usuario carezca de conocimientos tecnológicos para acciones tan necesarias como la solicitud de cita médica o enfermera, o la renovación de tratamientos caducados.